Santa Katia es conocida como la Patrona de Europa. También se conoce como la doctora de la iglesia gracias a un título otorgado. Desde niña mostró amor por las cosas de Dios, incluso consagró su virginidad a una edad muy temprana. A pesar de que era muy agraciada, nunca quiso casarse, porque en su corazón siempre estuvo el deseo de servir a Dios sin ningún impedimento.
Santa Catalina de Siena no formó parte de una familia adinerada. De hecho, debido a que pertenecía a un núcleo extremadamente numeroso, nunca pudo recibir estudios. Pero esto no le impidió ser una mujer con una educación y conducta intachable. En los próximos apartados conocerás su vida, obra, muerte, canonización y milagros más reconocidos.
Santa Katia (Santa Catalina de Siena) es la patrona de Europa y la Doctora de la Iglesia. Nació en una familia numerosa, siendo la hija número 23 concebida dentro del matrimonio, por lo que no tuvo la oportunidad de recibir una buena educación.
No obstante, al cumplir los siete años, tomó la decisión de hacer un pacto de castidad que cumplió religiosamente hasta el día en el que murió. Uno de sus aportes consiste en un escrito que hoy es una de las obras más valoradas de la iglesia católica.
El nacimiento de Santa Katia tuvo lugar en Siena, en el año 1347. Sus padres fueron personas de buenos principios y una bondad bastante marcada. Desde pequeña, fue bendecida por Dios con una gracia inigualable debido a su gran amor por la oración y las cosas relacionadas con Dios.
Cuando cumplió los siete años hizo un voto privado para consagrar su virginidad a Dios. No obstante, cuando cumplió los 12 años, su hermana y su madre intentaron persuadirla para que pensara en la idea del matrimonio y la instaron a que se preocupara más por su apariencia física.
Con la finalidad de complacerlas, solía colocarse vestidos de gala acompañados de joyas que se utilizaban en esa época. Pero con el paso del tiempo, nuestra venerada se arrepintió de la forma vana de comportarse. Su familia comenzó a considerar que su soledad no era buena y que debía casarse.
Para frustrar su devoción, le prohibían que estuviera en su cámara privada, donde constantemente entraba a dedicar horas de oración a Dios. Además, otorgaron responsabilidades fuertes para distraerla de sus creencias, cosa que no lograron.
Ella tomaba el tiempo laboral como una oportunidad para estar a solas con su Dios y orar. En la mente de Santa Catalina (Catalina Benincasa) nunca llegó a existir tribulación, porque siempre gozaba de la presencia de Dios a pesar de las circunstancias.
Comienzo de su servicio a Dios
Al pasar los años se cumplió su sueño más anhelado; su padre le dio la aprobación para que siguiera sus deseos misericordiosos. Al cumplir los quince años comenzó a prestar ayuda a los enfermos, los pobres y los afligidos. A cada uno le otorgaba lo que necesitara (fuera ayuda física o emocional).
Santa Katia siguió por el camino de la verdad, siendo una persona humilde y obediente. A pesar de sus sufrimientos, ella siempre estuvo dispuesta a negar su voluntad para cumplir la de Dios. Además, tomaba las adversidades como una oportunidad para expiar sus faltas y purificar su corazón.
A los 18 años de edad, Santa Catalina recibió el hábito otorgado por la Tercera Orden Franciscana, siendo la primera mujer soltera aceptada allí. El hecho de pertenecer a esta orden, significaba que iba a vivir una vida netamente espiritual pero en el mundo secular.
Desde este recibimiento convirtió su cámara se convirtió en su lugar favorito. Pasaba la mayor parte del tiempo allí, orando a Dios y entregando toda su pureza, corazón y fuerza al servicio del Creador. Estuvo en un santuario durante tres años, guardando silencio y comunicándose solamente con Dios y el obispo que la confesaba.
Por supuesto, Santa Katia (en vida) fue pura, sin embargo, en sus momentos de soledad, miles de tentaciones venían a su mente para acecharla. No obstante, sus fieles principios y su amor por Dios y por la promesa, nunca dio su brazo a torcer ante estas.
Después de esto, el diablo intentó oscurecer su alma. Esta fue la prueba más difícil que nuestra venerada tuvo que pasar. Después de una fuerte lucha de oraciones dirigidas a Dios, pudo salir victoriosa, obteniendo nuevamente su libertad espiritual.
Se dice que luego de este acontecimiento Jesús la visitó y ella le preguntó por qué la había abandonado en los momentos más difíciles de su vida. A esta pregunta Jesús respondió: “Hija, nunca me fui de tu lado; estuve todo este tiempo en tu corazón”.
En el año 1366, mientras Santa Katia se encontraba orando en la habitación, se manifestó una aparición que consistía en un Cristo que estaba acompañado por un cortejo celestial en el que se incluía a la madre de Jesús.
La virgen María llevó de la mano a la ahora beata hasta Cristo, quien colocó en su dedo un anillo. En ese momento se estaba demostrando que su fe estaba siendo sustentada y que podría evadir todas las tentaciones que se le acercaran. Aunque para los que observaban a Santa Katia no había ningún anillo, ella aseguraba que siempre estaba ante su vista.
La obra más reconocida de Santa Katia es haber llevado al Papado de Roma al lugar donde pertenecía. De la misma manera, se conoció como una parlamentaria o pacificadora. Ella comenzó a fomentar la paz en su familia y luego la extendió hacia las ciudades de su amado país.
La iglesia católica conserva varios escritos emitidos por santa catalina. La beata escribió 364 cartas, de las cuales solamente 300 son conservadas. Algunas de estas eran dirigidas al papa, y se sabe, por fuentes confiables, que se refería a él como “Papi”.
El 29 de abril del año 1380, Santa Katia dio su último suspiro para partir al lugar prometido donde estaría en presencia de Dios. Cuando falleció tenía tan solo 33 años de edad y un corazón dispuesto a servir a Dios. Su sepulcro tuvo lugar en Santa María Sopra. No obstante, en 1384 su cráneo fue llevado a la capilla de Santo Domingo.
En 1461 fue declarada Santa por juan Pablo II. Desde ese momento, montones de feligreses marchan para venerarla. En 1939 se nombró Patrona de Italia conjuntamente con San Francisco de Asís. Para el de octubre del año 1970, Santa Katia había sido nombrada “Doctora de la Iglesia”. Luego de esto, en 1999 se convirtió en la Patrona de Europa, en compañía de otras beatas.
En Siena, los habitantes anhelaban tener el cuerpo de Santa Katia y fueron en búsqueda del mismo. Como no podían sacarlo completamente, decidieron retirar el cráneo. Pero, para su sorpresa fueron detenidos por guardias en el trayecto. Estos clamaron con fe a Santa Katia para no quedar al descubierto.
Se dice que cuando los guardias abrieron la bolsa donde se encontraba el cráneo, la misma estaba llena de flores, por lo cual pudieron continuar con tranquilidad. Para su sorpresa, al llegar al destino, abrieron la bolsa y allí estaba el cráneo de la beata. Esta es la razón por la que Santa Katia es ilustrada siempre en compañía de una rosa.
La fiesta de Santa Katia se celebra el 29 de abril. Es una santa muy reconocida y venerada, que ha ganado gran popularidad en santuarios e iglesias de la orden dominicana. Ese día, se conmemora a una mujer que siempre buscó la paz y quiso ayudar a los necesitados como Dios lo ordena en las escrituras.
Santa Katia es un gran ejemplo para todas las mujeres que desean servir a Dios. Muchas mujeres entregan su dignidad a personas terrenales basándose en el hecho de que no tienen dinero. Nuestra venerada venía de una familia cuyos ingresos no alcanzaban para brindarle la educación que merecía. Sin embargo, ella se mantuvo fiel a sus principios.
Catalina Benincasa fue una gran mujer y una gran persona, tanto en la iglesia como fuera de ella. Dedicó su vida a servir a su prójimo (como Dios lo ordena). En este instante se encuentra en compañía de Dios, disfrutando del regalo de estar con Él y continuando con su labor (ahora como intercesora de todos sus devotos).